domingo, 8 de noviembre de 2009

Balance 24 Encuentro Nacional de Mujeres

La defensa de los Encuentros Nacionales de Mujeres

Unas 15.000 mujeres asistieron al XXIV Encuentro Nacional de Mujeres,
donde funcionaron unos 180 talleres con 55 temáticas diferentes. En
cada taller, luchadoras de todo el país se pronunciaron unánimemente
en apoyo a las trabajadoras de Terrabusi, presentes en las Comisiones
de Mujer y Trabajo. Las Feministas en Resistencia de Honduras fueron
parte de un encuentro en el que decenas de talleres expresaron el
repudio al golpe de Estado y a la represión que la dictadura desata
sobre el pueblo hondureño y sus mujeres, en particular. Las
trabajadoras autoconvocadas de la salud de Tucumán, en huelga
indefinida, se integraron a los talleres de Salud, donde denunciaron
la política privatista de Alperovich. Compartieron los debates con
decenas de trabajadoras de la salud de Bahía Blanca, Buenos Aires,
Santa Fe, Salta y otras provincias, donde también hay reclamos por
aumento salarial y condiciones de trabajo.
Los talleres relacionados con la lucha contra la impunidad se
unificaron conformando una gran asamblea que resolvió diferentes
medidas de coordinación nacional de la lucha contra la impunidad del
Estado: allí estuvieron las integrantes de la comisión Contra la
impunidad de Tucumán, que agrupa a más de 200 casos. Las
universitarias de todo el país, con una poderosa delegación de 300
mujeres de la Fuba, intervinieron en diversos talleres –Trata,
Violencia, Aborto y Anticoncepción– y llevaron a la comisión de Mujer
y Cárcel una declaración que alcanzó amplia difusión. En la comisión
de Comunicación se denunció a la ley kirchnerista de medios como una
herramienta al servicio de nuevos monopolios, la Iglesia y la
burocracia sindical. Las comisiones de Mujer y Medio Ambiente
impulsaron la campaña nacional de los docentes universitarios y el
movimiento estudiantil contra la aceptación de los fondos de la minera
contaminante Bajo La Alumbrera. Las comisiones de Violencia y las de
Trata se multiplicaron, evidenciando que estas problemáticas interesan
cada vez a más mujeres.
La Iglesia ataca al ENM
Tal como advertíamos en el Boletín que el Plenario de Trabajadoras
entregó de a miles a las mujeres en el Encuentro, “la Iglesia se
preparó metódicamente para infiltrar el Encuentro” con miles de
activistas clericales. El sábado, en el colegio La Merced, el
arzobispo Luis Villalba ofició una misa “en la que estuvieron muchas
de las 3.000 mujeres católicas que participan del Encuentro” (La
Gaceta, 11/10). Villalba “marcó el valor de la dignidad de la mujer
integral, como trabajadora, como madre y como portadora de la vida” y
“exhortó a sus fieles a que sean portadoras de la verdad y de la vida
durante los debates que se llevan a cabo en Tucumán”.
Tal como lo solicitó el obispo, sus feligresas se presentaron en un
número mucho mayor que en los Encuentros anteriores. En la vereda de
las escuelas, las custodiaban cientos de hombres del clero, apoyados
por policías armados, que se dedicaron a intimidar a las integrantes
del Encuentro. El operativo policial montado por Alperovich, de 2.500
efectivos en las calles, fue otra marca de la integración entre la
Iglesia y el Estado: mientras que el gobernador salía en todos los
medios anunciando que no contaba con fondos para cumplir con los
reclamos de los trabajadores de la salud, montaba un costosísimo
operativo policial que nada debe envidiarle al bussismo, con el fin de
amedrentar a las mujeres y al pueblo tucumano.
“La voz del Evangelio” se expresó con frases del estilo: “Si murió en
un aborto es porque eligió abortar” (talleres de Anticoncepción y
Aborto), “si las violan es porque andan provocando a la madrugada”
(talleres de Violencia), “no están desaparecidas: se van de su hogar
porque quieren” (talleres sobre Trata de personas), “la contaminación
en el planeta es por la mala educación en las familias” (Medio
Ambiente); “las homosexuales son anormales y enfermas” (talleres de
Lesbianismo). Lograron obturar los debates con su oscurantismo,
fundamentalmente en los talleres de Aborto y anticoncepción.
Los contenidos vertidos no son exabruptos: reflejan la esencia misma
de una institución que es enemiga absoluta de los derechos defendidos
durante los 24 Encuentros. Y como ocurrió en todos los ENM, la cohorte
clerical fue denunciada y repudiada por las mujeres de los más
diferentes pensamientos. Una de las organizaciones que participan
siempre del Encuentro y denuncia a la Iglesia son las “católicas por
el derecho a decidir”. El Encuentro integra de forma masiva a todas
las defensoras de los derechos de las mujeres y no a sus enemigas.
¿Cómo fue posible semejante acción?
Las mujeres del Encuentro nos encontramos con un Caballo de Troya. El
sábado por la mañana, el PCR/CCC garantizó que la escuela Mármol,
donde estaban los talleres de Aborto, abriera las puertas más temprano
para que las enviadas de la jerarquía eclesiástica ocuparan las aulas
más temprano y se acomodaran como coordinadoras de los talleres.
Intentamos durante horas desarrollar un debate que fue impedido por el
clero. Luego de esto, las expulsamos de los talleres. El domingo, un
batallón de militantes del PCR rodeó la puerta del colegio formando
una cadena humana de protección de las enviadas del obispo Villalba,
posibilitándoles que coparan nuevamente las aulas. Las mujeres que
rechazamos la presencia clerical nos convocamos en talleres sin
elementos de la Iglesia. Debimos funcionar en el patio de la escuela
porque el PCR formó cordones ante las aulas para impedir la expulsión
de las mujeres de Villalba, reclutadas de la burguesía tucumana.
Cuando terminamos de sesionar, el sector de Comisión Organizadora que
responde al PCR se negó a recibir las conclusiones de los talleres
autoconvocados en defensa del derecho al aborto.
El Plenario de Trabajadoras señaló en diferentes oportunidades durante
este año, al movimiento de mujeres, la actitud componedora del PCR con
la curia. El PCR “prepara una provocación que les permita convertir al
Encuentro en una ‘multisectorial’ con la Iglesia, los partidos
patronales: ahora los sojeros, antes los kirchneristas” (Prensa Obrera
Nº 1.093). Un día antes del Encuentro advertimos a los sectores
históricos del ENM sobre la negativa del PCR a que la marcha del
Encuentro pasara, como ocurre tradicionalmente, ante la catedral.
Antes, las integrantes de la Comisión Organizadora que no son del PCR
debieron desbaratar una maniobra sobre un documento enviado en nombre
del Encuentro en el que no mencionaban entre los reclamos de las
mujeres el derecho al aborto.
En esta oportunidad, la alianza se concretó con lo más recalcitrante
de la burguesía clerical tucumana. Uno de sus objetivos fue el de
preservar la “mediación” del obispo Villalba en el conflicto de la
salud, que se propone estrangular la lucha de los trabajadores
autoconvocados. Cuando en el acto de cierre, el Plenario de
Trabajadoras intervino para defender Capital como sede del próximo
Encuentro, el reclamo de que nunca más debamos compartir un taller con
ninguna enemiga de nuestros derechos arrancó un fuerte aplauso de más
de la mitad de las presentes que habían concurrido con la CCC, lo que
muestra que la estafa de ese partido se desenvuelve a espaldas de
muchas de sus propias compañeras.
La defensa del ENM está en las manos de todas las que percibimos la
gravedad de esta infiltración. Debemos alcanzar la más respetuosa y
amplia unidad para garantizar que debatamos encuentros y divergencias
en el marco de una férrea defensa de las reivindicaciones pendientes
de las mujeres y de la lucha para conquistarlas.
La masiva composición de mujeres luchadoras en este Encuentro es la
garantía de que esto sea posible.
Vanina Biasi
Publicado por Organización de Mujeres PLENARIO DE TRABAJADORAS

XXIV Encuentro Nacional de Mujeres

TALLERES DE EDUCACION
A "confesión" de partes...
Los talleres de Educación fueron otro botín preciado por la Iglesia
para tratar de quebrar desde adentro el Encuentro. En la comisión
42.1, veinticinco mujeres debatíamos los problemas de la educación
frente a la crisis capitalista, el rol de la burocracia, la lucha
contra el gobierno, el apoyo a la lucha de Terrabusi y contra el golpe
en Honduras, la necesidad de un plan de lucha nacional por salario,
presupuesto y condiciones laborales. La primera jornada terminó con un
intenso debate, donde las “creyentes” eran, hasta ese momento, la
minoría y un importante número de mujeres no intervenía.
Cuando faltaba un rato para finalizar las conclusiones, las “mudas”
desataron una intervención como simples mujeres, comprometidas
docentes, buenas amas de casa y una batería clonada de argumentos a
favor de la educación religiosa y sexual “integral” (cuerpo, alma y
amor) con valores morales, dirigida por las familias y orientada por
la Iglesia. Y una defensa férrea de la educación privada, subsidiada
por el Estado. Ahí descubrimos que eran mayoría desde el principio.
Denunciamos la intervención organizada de la Iglesia en todas las
comisiones, con patotas policiales y punteros. Y planteamos dejarlo
escrito en las conclusiones: “Fuera el Estado, la Iglesia y el aparato
represivo del ENM”. Las mujeres del PCR intentaron, sin éxito,
modificar las expresiones y pretendieron “consensuar” las partes.
Desesperadas, elaboraban textos “alternativos” que dejaran a todas
“contentas”, en los que no apareciera la palabra “iglesia”.Lo
peleamos, lo impusimos. Las representantes clericales fueron a fondo
ante el rastrero rol de las defensoras de la patronal rural y
cómplices de la Iglesia: “Defendemos y agradecemos a la Iglesia
católica que nos formó y nos preparó para participar en este
Encuentro”.
A pesar de que el PCR procuró hasta el final que no quedara huella
alguna de su complicidad con la Iglesia enemiga de las mujeres, las
conclusiones (que les hicimos firmar) son una prueba irrefutable de su
intervención conjunta con el clero.
Patricia Jure

"Quedó perfectamente claro el rol de la Iglesia"
Entrevista a Guadalupe Soria Rivero, unas de las delegadas destacadas
del movimiento de trabajadores autoconvocados de la salud de Tucumán,
e impulsora del movimiento de trabajadoras autoconvocados.
- Estuviste en el taller cuya temática era la salud. ¿Qué conclusiones sacaron?
- Fue importante el debate, porque vimos que en otras provincias hay
situaciones similares a las que atravesamos en Tucumán e incluso en
otros países, pues en esa comisión había una delegación de Paraguay.
En ese taller intervenimos seis compañeras delegadas autoconvocados de
Tucumán, explicamos nuestra experiencia de lucha, los sacrificios que
implica la lucha, la intransigencia del gobierno, pero confiamos en
que con firmeza y con el apoyo solidario de otros trabajadores vamos a
triunfar.
- Fuiste oradora en el acto de apoyo a los trabajadores de Terrabusi...
- Para mí fue una experiencia muy importante, con un salón repleto de
compañeras que cantaban a favor de esa gran lucha. Realmente me
emocioné, más aún al escuchar cómo se han organizado para llevar
adelante la lucha, la extraordinaria solidaridad que ha despertado en
todo el país. No pude entender por qué, en un momento dado, se
insistió en que se bajaran las banderas, pero no me pareció correcto.
En un momento sentí que debía transmitir el saludo y brevemente las
experiencias de nuestra también gran lucha de los autoconvocados y
humildemente, creo que lo pude hacer.
- Tuvieron los autoconvocados la oportunidad de encabezar la gran marcha.
- Sí, aunque tuvimos que dar una pelea política para poder hacerlo
pues un sector se había puesto en la negativa no sólo de que
estuviéramos entre los sectores que encabezábamos, sino incluso que
desplegáramos el cartel que decía simplemente "Trabajadoras de la
salud autoconvocadas". Fue una marcha imponente como muy pocas veces
se ha visto en Tucumán.
- Y al final fuiste oradora del acto que el Plenario de Trabajadoras y
la Fuba realizaron frente a la Casa de Gobierno.
- Efectivamente, fue una tribuna compartida, en algún caso con
sectores conocidos, porque el Plenario de Trabajadoras se hace
presente siempre en la marchas de la salud, y en el caso de la Fuba,
siempre nos informamos de su accionar solidario con las luchas
populares y de los trabajadores.
- ¿Querés agregar algo más?
- Sí. Fue una experiencia extraordinaria ver como miles y miles de
mujeres se organizan en la lucha por sus derechos. A una la llena de
energía para continuar en la lucha. Por otro lado, fue también una
extraordinaria experiencia comprobar los obstáculos que tenemos que
superar para avanzar en nuestras luchas. Quedó perfectamente claro el
rol de la Iglesia que jugó todos sus recursos para abortar el
Encuentro, para difamar a las compañeras que sacrificadamente vinieron
a Tucumán, armaron todo tipo de provocación acoplado al gobierno que
prestó la policía para amparar todas esas provocaciones. Nuestro
movimiento de trabajadoras autoconvocados es incipiente y tiene que
superar estas limitaciones, pues el clero está metido en nuestra
lucha, no sólo porque dirige la mediación con el gobierno, sino porque
hay un sector de delegados y delegadas que representan los intereses
del clero e hicieron lo imposible para impedir que nuestra lucha fuera
al Encuentro a través de fuertes delegaciones de compañeras

Municipales de Jujuy, en la columna del Plenario de Trabajadoras
Dos días de discusión entre delegadas antiburocráticas, marcando el
camino, señalando la fortaleza de desafiar a la policía, a la
burocracia y a las patronales. Tuvimos una divisoria de aguas: la
delimitación de la Iglesia, su repudio y la bandera del derecho al
aborto. Las más aguerridas defensoras de nuestras posiciones fueron
las Municipales de Jujuy: “vos sos la Iglesia”, le gritaron a una de
las dos PCR tapadas en el taller.
Votamos a mano alzada y nos aplaudimos. Las invitamos al acto del PO y
cuando pensamos que las habíamos perdido en la marcha, ellas
encontraron la marea naranja del Plenario de Trabajadoras y con una
seña nos pidieron marchar en nuestra columna. Las Municipales jujeñas
encontraron en el PDT el abrazo fuerte y el programa firme de las
mujeres contra la Iglesia, contra la Rural, y por el aborto legal.
C.R

Cientos de delegadas debatieron un programa para las trabajadoras
Había dos aulas previstas para Mujer y Sindicatos. Hubo que habilitar
seis más para que deliberaran más de 400 delegadas y activistas
sindicales antiburocráticas, llegadas de todo el país. En uno, dice
una compañera, “la cantidad de mujeres era incalculable, había muchas
sentadas afuera”. No es la primera vez que hay muchas delegadas en el
Encuentro, pero nunca tantas eligieron los talleres sindicales.
En Tucumán, como ocurrió en los últimos encuentros, las burocracias
sindicales prefirieron no exponerse a confrontar con las luchadoras.
Sólo había una pequeña delegación de CTA interesada en discutir la
Constituyente Social. La Iglesia también las debe considerar causa
perdida: ni se acercó. 7 de los talleres repudiarion por unanimidad la
militarización de ciudad y la presencia de la Iglesia (“las queremos
fuera del Encuentro para poder debatir”) y se exigió que la Comisión
Organizadora desconozca los talleres controlados por el clero. Sólo en
uno surgió una posición minoritaria “contra cualquier acción
patoteril”.
Todos los talleres repudiaron la represión a las luchas populares y
llamaron a movilizarse con los y las trabajadoras de Terrabusi y de
Autoconvocados de la Salud de Tucumán. Junto con la denuncia a “la
connivencia de la burocracia de la CGT y ‘el hacer aguas’ de la CTA”,
las mujeres firmaron masivamente por la restitución del Suteba La
Plata a su dirección y contra el fraude de Yasky-Baradel.
Las compañeras exigieron salario igual a la canasta familiar y la
reapertura de paritarias. Subrayaron la necesidad de defender las
nuevas comisiones internas y cuerpos de delegados, “que deciden en
asamblea, luchando por la recuperación de los sindicatos; enfrentando
a las patronales, al gobierno y a los sindicatos traidores”. Se
destacó la importancia de las Comisiones de Mujeres y Familiares –en
varios había compañeras de Terrabusi y de Cive– para fortalecer los
conflictos contra las suspensiones y despidos. “Nos quieren hacer
pagar su crisis, mediante la violencia física, psicológica, económica,
moral y sexual en los distintos ámbitos, la precarización, la
extensión de la jornada, la tercerización, la precarización, el quite
de aportes jubilatorios y de obra social, los bajos salarios”, dice
una de las conclusiones.
El debate incluyó el conjunto de las reivindicaciones de las
explotadas: el reclamo de tierra y vivienda, del derecho al aborto, la
denuncia de la impunidad y el gatillo fácil, y la complicidad del
poder con la trata y los narcos. Las violencias contra la mujer “son
un problema político y social producto de la descomposición
capitalista”, indica una de las conclusiones.
En general se votó, como es propio de la clase trabajadora, y se
rebatió airadamente a las defensoras del consenso. El número de
participantes y el tenor de las resoluciones expresan una maduración
política del Encuentro, impulsada por trabajadoras que toman cada
reivindicación en sus manos.
Olga Cristóbal (sobre el informe de las compañeras)
Publicado por Organización de Mujeres PLENARIO DE TRABAJADORAS en 10:02

XXIV Encuentro Nacional de Mujeres Tucumán

La Fuba y los derechos de las mujeres
Casi 300 estudiantes universitarias, secundarias y terciarias
organizadas por la Fuba viajamos al reciente Encuentro Nacional de
Mujeres. Fuimos a Tucumán a llevar la enorme solidaridad del
movimiento estudiantil con los trabajadores/as de Kraft Terrabusi. La
colecta de fondos que ya veníamos desarrollando por los cursos la
llevamos al Encuentro, fortaleciendo la unidad obrera estudiantil.
También fuimos con el objetivo de extender la solidaridad hacia el
heroico pueblo hondureño en su lucha por derribar el golpe. El rechazo
a los fondos provenientes de La Alumbrera fue una campaña particular
que desarrollamos en cada uno de los talleres. Repartimos la
declaración conjunta de la Fuba, la FUC, la FUP y la Fulp denunciando
la complicidad de las camarillas universitarias con el saqueo de los
recursos naturales. En las comisiones de Universidad y Medio Ambiente,
centros de estudiantes de otras provincias comentaban su propia
experiencia de lucha contra las mineras contaminantes, adhiriendo al
planteo de la Fuba de organizar un gran movimiento nacional que
coloque a la universidad del lado del pueblo que lucha contra la
depredación ambiental. En ambos talleres juntamos decenas de firmas.
Los más concurridos de nuestra delegación fueron los talleres de
aborto, anticoncepción y trata.
Llevamos nuestra experiencia de lucha por la aparición con vida de
todas las mujeres y niñas desaparecidas y, fundamentalmente, la de
Florencia Pennacchi. Planteamos para el próximo 3 de noviembre
realizar una acción nacional sobre cada una de las facultades y en las
calles reclamando el desmantelamiento de las redes de trata.
Las mujeres y, fundamentalmente, las jóvenes reaccionamos ante el
ataque y la irrupción de la Iglesia católica sobre los talleres de
Aborto y anticoncepción. No podíamos permitir sesionar con la
presencia de una institución que fue cómplice de la dictadura, que
tiene en su cúpula a pedófilos y abusadores y que nos trata como seres
inferiores. Los intereses de las mujeres y los de la Iglesia católica
son irreconciliables. Las estudiantes dimos una batalla fenomenal para
echar a la Iglesia de los talleres. Frente a la efectiva expulsión que
se estaba dando, una patota de hombres militantes clericales, junto a
una veintena de uniformados de Alperovich, quisieron entrar en la
escuela para defender a las católicas y echar a las mujeres
luchadoras. Pero, con la organización decidida de las mujeres los
terminamos echando. Mientras tanto, las mujeres del PCR armaban un
cordón de seguridad para proteger a la Iglesia.
La experiencia vivida por las jóvenes universitarias en la lucha
contra la presencia de la Iglesia católica deja establecido un
precedente importante para lograr en el próximo Encuentro la
definitiva expulsión del clero. Una importante participación la
tuvimos en los talleres de Salud y Salud Mental, donde denunciamos la
política de asfixia presupuestaria del gobierno, el vaciamiento de los
hospitales públicos y las condiciones precarias de los trabajadores de
la salud. Finalmente, nuestra delegación participó de los talleres de
Cárcel e impunidad, Derechos Humanos y Medios de comunicación. En los
primeros denunciamos las condiciones miserables en las que se
encuentran las mujeres en situación de cárcel. En el segundo nos
pronunciamos contra la ley K, manteniendo una postura independiente de
los pulpos mediáticos y el gobierno. Finalmente, la Fuba tuvo su
columna particular en la marcha donde participó, además, una
delegación de la Fulp (La Plata). La columna de la Fuba fue saludada
con aplausos y cánticos por muchas organizaciones de mujeres.
Mariela Solesio, vicepresidenta de la Fuba

Una muerta más por aborto clandestino
¡Decimos basta!
El sábado 10 de octubre, mientras se desarrollaba el XXIV Encuentro
Nacional de Mujeres, murió María Raquel Díaz, piba cordobesa que
residía en Rosario (Cadena 3), de 21 años y mamá de dos criaturas,
víctima de la práctica de un aborto en la ilegalidad, que presionada
por la desesperación decidió realizarse.
¡Asesinos! ¡Asesinos!, no nos cansamos de decirlo. El Estado y la
Iglesia son los asesinos de estas mujeres, a las que impiden que
accedan a la educación sexual, retiran la entrega de anticonceptivos
en la salud pública, sumen en situación de desocupación,
precarización, salarios menores que el nivel de pobreza, expuestas a
despidos por embarazos y encima mantienen en la ilegalidad la práctica
del aborto.
María Raquel es una de las miles que mueren. “Según el jefe de la
Unidad de Terapia Intensiva de la Maternidad Ramón Sardá, José Luis
Golubcki, en el país se realizan unos 600 mil abortos clandestinos al
año y entre 2.100 y 2.400 terminan con la muerte de la paciente”
(Cadena 3, 12/10).
Quienes desde hace años, concientes de esta tragedia, venimos luchando
contra esta situación y por el aborto legal, reafirmamos todos los
días la necesidad de denunciar a los responsables, porque es a ellos
quienes tenemos que dirigir nuestro reclamo, es a ellos a quienes les
decimos: ¡Basta!
Mientras Raquel moría, los talleres sobre Derecho al Aborto, del XXIV
Encuentro Nacional de Mujeres en Tucumán, eran copados por cientos de
enviadas del obispo Villalba a impedir que avance el debate sobre
estos temas y a plantear: “si te morís, jodete”, “hay que cerrar las
piernas”, y “hay que repudiar a los que entregan anticonceptivos
gratuitos”; además, mantuvieron a sus matones rodeando la escuela e
intentaron entrar en dos ocasiones, con policía incluida.
Las maniobras y patoteadas de éstas y estos enemigos de las mujeres
continuaron durante todo el desarrollo del Encuentro.
El Plenario de Trabajadoras, presente en el Encuentro, junto a mujeres
de otras organizaciones, dio una dura batalla por expulsarlas y
garantizar el avance sobre estos temas. “No podríamos sentarnos con un
pedófilo a dialogar en el taller sobre violencia y abuso sexual
infantil”.
El caso –conocido– de María Raquel nos muestra que tenemos que
redoblar nuestros esfuerzos en la lucha, sin vacilaciones, organizar
más y más mujeres que digamos: ¡Basta! Por ella y por las miles de
mujeres que mueren cada año. Por los miles de hijos que quedaron sin
sus mamás... ¡Basta!
Por educación sexual, laica y científica. Por anticonceptivos
gratuitos en todos los hospitales y dispensarios. Por el aborto legal,
seguro y gratuito.
Plenario de Trabajadoras

El arzobispo nos dijo...
Activistas, matones y molotov contra las luchadoras
Los grupos religiosos se prepararon desde diciembre para introducirse
en el Encuentro y plantear sus posturas. Se prepararon con ‘abogados
del diablo’, que ponían a prueba sus argumentos desde las posturas más
radicales feministas para que las participantes religiosas tengan
capacidad de argumentación. Esa fue la gran sorpresa en un encuentro
en el que tradicionalmente predominaron las ideas más liberales y los
grupos que luchan en pos de cambios radicales. Las mujeres religiosas
–estimadas según la Iglesia en unas 3.000– se presentaron en todos los
foros del encuentro” (La Gaceta, 11/10).
El arzobispo, Luis Villalba, también se propuso generar una sensación
de caos en la población e incitó a la represión, suspendiendo las
misas en la catedral y en las iglesias del centro “por razones de
seguridad y para evitar agresiones” (ídem). El sábado, Villalba invitó
a a organizar cadenas de oración basadas en su sermón del día de la
Virgen de la Merced, “generala del Ejército argentino”. Las “cadenas
de oración” las rezaron “a viva voz” centenares de “varones jóvenes”,
que “protegieron” las iglesias por donde pasaba la marcha del
Encuentro, “protegidos” por policías antimotines y carros de asalto
que Alperovich puso a su disposición. Las campanas doblaron a rebato
“para tapar los cánticos de las manifestantes” (El Siglo, 12/10).
Antes, Villalba había ordenado que los hombres se plantaran frente a
las escuelas donde sesionaban los talleres. Intentaron repetidamente
entrar en la escuela Mármol, donde funcionaban los de anticoncepción y
aborto, acompañados por policías armados, una situación inédita en un
Encuentro. “Desde temprano, un grupo de hombres se paseaba frente a la
escuela. ‘Monseñor Villalba nos dijo que no nos identifiquemos; bah,
decidimos no hacerlo, por temor a represalias. Dentro están las
señoras de la Iglesia, tratando de que no se mate a su bebé’, dijo uno
de ellos. Otro, de apellido Monroy, agregó: ‘no queremos perder la
participación de nuestra gente, que está exponiendo nuestro
pensamiento en el taller’” (La Gaceta, 12/10).
Según la agencia Anred, Monroy es un funcionario de Obras Públicas de
la Municipalidad.
Los agentes de monseñor se acostaron tarde. En la madrugada del lunes
trataron de romper el vidrio de una ventana del CEF 18, donde se
alojaba un centenar de mujeres, y arrojar bombas molotov. La denuncia,
en la Comisaría 12ª, tiene como prueba las botellas con nafta y mechas
incendiarias. Aunque el gobierno provincial había exigido para prestar
las escuelas que fueran custodiadas por la policía, ésta se retiró y
dejó la zona liberada.
La embestida de la Iglesia crece a medida que crece la participación
de luchadoras en los Encuentros. La curia tradicionalmente trató de
colonizar los talleres de aborto y anticoncepción, de adolescencia, de
familia. Ahora mandó a sus cohortes a “todos los foros del Encuentro”.
El motivo es que las mujeres, fogueadas en el movimiento piquetero y
en la lucha sindical, han vencido la política de regimentación que les
imponía que se sometieran a temarios prefijados. Ya los talleres no
funcionan como compartimientos temáticos estancos. Los sindicales se
pronuncian sobre la trata y el aborto, y repudian al clero. Los de
aborto y violencia discuten la solidaridad con Terrabusi y las
consecuencias de la crisis capitalista.
Esta fusión entre las temáticas de género y clase indica que muchas
luchadoras saben que sus problemas no se resolverán al margen de la
lucha general de los explotados contra este régimen social. Por esa
misma razón, los sectores que presentan la opresión de la mujer como
producto de un pacto entre varones –”sin clientes no habría trata”,
“el aborto ilegal es un pacto masculino por el control de los
cuerpos”– han quedado en absoluta minoría frente a las que acusan al
gobierno nacional, a los provinciales y discuten cómo enfrentarlo.
Esta perspectiva explica que la Iglesia avance sobre otros talleres en
sus esfuerzos por desmoralizar al movimiento de mujeres, por controlar
y destruir los Encuentros.
Olga Cristóbal

El taller de Mujer y Sindicatos repudia el ataque a los de
anticoncepción y aborto
“Este taller sindical se pronuncia por la separación de la Iglesia de
los talleres del Encuentro Nacional de Mujeres.
“Repudio al ingreso de fuerzas de seguridad y patotas para reprimir el
debate y la participación de las compañeras. Que la Comisión
Organizadora fije posición sobre este ataque al Encuentro Nacional de
Mujeres por parte de la Iglesia, en defensa del ámbito del que
participamos las mujeres que luchamos por nuestros derechos”.
Había una sola mujer de la CCC, estatal bonaerense, que adhirió al repudio.

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